La forma para la muñeca
Al principio sólo hay metal
Mediante un trabajo que consta de hasta 85 pasos, la materia prima es transformada en manos de un equipo de fabricantes de herramientas, orfebres, asistentes de producción, metalistas, pulidores e ingenieros de producción. La variedad de pulseras de reloj fabricadas por Aristo Vollmer en Pforzheim, Alemania, va desde la más atlética y robusta hasta la más elegante.
Según Hans-Jörg Aristo Vollmer, copropietario y nieto de Ernst Aristo Vollmer, el fundador de la firma Aristo Vollmer en 1922: "Trabajamos con un 30 por ciento de acero inoxidable, un 20 por ciento de titanio y un 20 por ciento de plata. El resto de los metales que usamos son no-preciosos, como el latón y la plata alemana".
Esta empresa de gran tradición tiene su propio set de estándares individuales respecto a la calidad de las materias primas. Hansjörg Aristo Vollmer afirma: "Una de cada diez pulseras de reloj que sale de nuestra fábrica está hecha de sólidas unidades individuales. Por supuesto que este es el método de producción que cuesta más dinero y tiempo. El mercado demanda de manera abrumadora brazaletes a un precio razonable, y para ello utilizamos láminas de metal plegado, que se perfora, se prensa y se enrolla".
La verdadera fuerza de la empresa son las herramientas y las máquinas utilizadas y de las que sienten envidia aquellos fabricantes de pulseras del Lejano Oriente. "Nuestra cortadora de metal en láminas más antigua data de los años 30. Ninguna máquina en la actualidad puede conseguir los mismos resultados. Es por esto que actuamos como correspondientes para muchos diseñadores que quieren realizar continuamente nuevas ideas en correas de metal para sus relojes. También ofrecemos soluciones a problemas específicos, como por ejemplo, para relojes de buceo".
En lo que se refiere a las clásicas pulseras de reloj de acero, Hansjörg Aristo Vollmer muestra los mismos estándares de calidad: "Cada uno de los eslabones que forman la pulsera es cortado individualmente de una lámina de metal con un grosor de entre dos y cuatro milimetros y prensada hasta alcanzar la forma deseada. También puede ser troquelada por una máquina o incluso limada con una barra adicional para darle perfil. Tras este proceso, los componentes se unen unos a otros".
Hasta este punto, los bordes de las piezas de unión individuales, o eslabones, de la correa aún son afilados y de superficie áspera. Los eslabones se pulen, pues, y adaptan a la forma deseada. Para poder sujetar y atornillar las piezas una a otra de modo preciso, se deben perforar agujeros diminutos. La forma final de la correa de metal plegada se troquela de una pieza fina de metal y se le da la forma de pequeñas unidades en una prensa. Tras este proceso, los bordes y superficies son suaves y lisos.
Otra especialidad de la casa Aristo Vollmer son las pulseras de reloj de acero inoxidable con piezas sólidas de unión conectadas con láminas de metal enrolladas. Hansjörg Aristo Vollmer hace una demostración de varios ciclos típicos de trabajo: "En primer lugar coloco dos partes sólidas a la derecha y a la izquierda de una lámina de metal en forma de U. Ambos lados de la lámina de metal se enrollan hacia dentro con una prensa y se conectan firmemente a los eslabones. Del mismo modo, es decir, sujetando, enroscando o prensando las piezas, es como añadimos los cierres a cada brazalete". La mayoría de los brazaletes fabricados con eslabones de metal adquieren su apariencia final bien mediante satinado o pulido, o bien se le da un efecto especial mediante una capa de galvanización.
Por otro lado, lo que atrae la atención de una correa Milanesa es su estructura lisa y finamente trenzada. El nombre proviene de su lugar de origen, Milán. Como materias primas se usan acero inoxidable, titanio, o metales no-preciosos con un grosor de entre 0.28 y 2 milímetros, que nos son suministradas por empresas de alambre y otros proveedores, en bobinas de aproximadamente 20 cm de alto.
Brazaletes de malla milanesa
Durante la producción, la bobina que contiene el alambre se coloca en la máquina Milanesa, que pasa el material a la máquina como lo hace una máquina de coser. El alambre se convierte entonces en una espiral uniforme, avanza en la cadena y se corta a una cierta longitud. Tras este punto, la máquina hace la siguiente espiral, la desliza dentro de la que ya existía en primer lugar y la corta a igual longitud. Otra espiral sigue a la segunda, que es posteriormente empujada dentro de la anterior y cortada. Entonces todo el proceso empieza de nuevo con otra espiral y así sucesivamente. De este modo se forma una tapiz que consta de muchas espirales que se han entrelazado una a la otra.
Cuando este tapiz ha alcanzado un cierto tamaño, el tejido de acero se corta en tiras. Se necesita una gran habilidad para ponerlas a mano en la bobina de bordes afilados, ya que el corte debe ser siempre el mismo y a veces es difícil de reconocer. Las piezas relativamente pequeñas conseguidas de esta manera se unen a mano a una cinta más larga, se conectan simplemente a otra espiral de igual resistencia uniendo ambos extremos sin unión aparente. Los bordes de la cinta de malla de metal son posteriormente cortados, aunque aún son bastante afilados y desiguales. Por lo tanto, el material es pasado a mano por una muela.
A continuación, los extremos de las espirales de material se cierran de tal manera que no se puedan abrir y la malla de acero no pueda desenrollarse. Los bordes son también prensados hasta quedar lisos y compactos. Cuando se usa acero inoxidable, se debe recocer el metal tras cada uno de los pasos. Para neutralizar la tensión que resulta de la deformación, la malla de acero se pasa automáticamente por un horno en combustión de tres metros de largo a 1050 grados centígrados. Tras este proceso, la malla pasa por las bobinas de una maquina que está constantemente en movimiento, produciendo un característico golpeteo de sonido enérgico. Este tratamiento hace flexible la malla de acero. En el caso de piezas de oro, u otras más finas y frágiles, este paso debe llevarse a cabo a mano. Además, el material Milanesa se estira en un mango redondo de material sintético de modo que pueda curvarse con cuidado en la dirección deseada.
Los siguientes pasos sirven para mejorar la apariencia visual de la malla Milanesa. Al material se le puede dar nueva forma y acuñar antes de que se le añadan los cierres desplegables y las piezas finales. El pulido final saca a la luz el verdadero encanto de este tipo de brazalete. La gran cantidad de tiempo que se necesita para fabricar estas pulseras es una de las razones por las que las correas Milanesas son normalmente más caras que otras marcas de correas de metal.
Una buena pulsera de reloj de malla se reconoce fácilmente por su consistencia y estabilidad, además de por sus bordes suaves y lisos. Debe ser flexible en una dirección y debe a su vez envolver suavemente la muñeca. También es importante que la pulsera de malla se ajuste bien, lo que normalmente se consigue con la ayuda de un cierre desplegable o bien con un eslabón adyacente de unión de quita y pon. Las mallas Milanesas de buena calidad se ensucian más rápidamente que otras correas de metal, pero se pueden lavar fácilmente con un poco de agua y un cepillo de dientes blando. Esto mismo es válido para limpiar las correas de piezas de metal unidas.
Por último, ¿cómo se puede reconocer la calidad de una pulsera de metal? Las correas de sólido metal precioso son naturalmente las de mayor valor. Aparte de esto, como comprador debe tener en cuenta si cada una de las piezas metálicas de unión tienen forma redondeada, sin bordes afilados, y que han sido trabajadas de manera perfecta. También debería comprobar y asegurarse de que la longitud de la pulsera es ajustable. Hansjörg Aristo Vollmer siempre enfatiza la importancia de un aspecto que generalmente se pasa por alto al juzgar la calidad de un brazalete: "El cierre desplegable debe ser funcional, sólido y estable. Después de todo, ésta es la parte del reloj que más se usa".
La forma sigue a la función
Aristo Vollmer es fabricante de brazaletes de metal con sede en Pforzheim, Alemania y proveedor de destacadas casas de pulseras para reloj. Hans Aristo Vollmer, licenciado en ingeniería y antiguo jefe de la empresa, se siente especialmente entusiasta ante el hecho de que las correas de malla con filigranas están experimentando un gran renacimiento como principales acompañantes de relojes de lujo.
Hansjörg Aristo Vollmer, su hijo y presidente de la firma deportiva de la casa ARISTO Watch, ha inspirado ahora la construcción de un nuevo tipo de brazalete. El cierre debe ser fácil de usar y sólo deben usarse pequeñas piezas de unión o eslabones, de tal manera que la correa pueda ser fácilmente ajustada a la muñeca. El modelo debe ser discreto, intemporal y funcional. Debe estar a la altura de la filosofía seguida en el diseño por la firma, que reza "la forma sigue a la función".
Cuando Hans Aristo Vollmer presentó su estudio sobre el diseño de pulseras de reloj en enero del 2004, se acordó por unanimidad que esta pulsera merecía llevar el nombre de Aristo Vollmer Short Easy System (SES). Los eslabones de unión del brazalete no se notan en la muñeca y su longitud es precisamente la correcta para un mayor confort de uso. El resultado es una correa de ácero inoxidable que se siente como "de una pieza".
Tras varios ensayos con diversos prototipos, Aristo Vollmer ofrece ya tres modelos de correas con su único Short Easy System:
- Un brazalete de maya estilo Milanesa
- Un brazalete filigrano con doble anillos
- Un brazalete fabricado con eslabones individuales